De repente descubre la forma de matar al vampiro.
Siempre estuvo ahí, pero él no la veía.
O no quería verla.
Hasta ahora.
Pero la batalla no está terminada.
No.
Saber cómo matar al vampiro es el primer paso.
El segundo es querer hacerlo.
Y el tercero, hacerlo.
¿Miedo? Mucho.
Pero no tanto como antes.