Resulta que mi estimada amiga Araña me ha premiado (o preñado, vaya uno a saber) con la estrella de la fama (esto suena a la Iglesia Universal del Reino del Orto), así que desde ya le (desde Yale, la universidad) agradezco profundamente y lo publico acá:
¡Gracias, estimada artrópoda de 8 patas!
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[Nota: este post fue escrito con sólo 3 horas de sueño, gracias a un TP de Ética Organizacional que me tuvo a mal traer durante todo el fin de semana]