viernes, 20 de junio de 2008

Paranoma IV

Ella era tan dulce, se entregaba con tanta dulzura, que todos sus amantes morían de coma diabético al instante de poseerla.

Intentó volverse amarga, pero se sentía ajena a sí.

Finalmente decidió convivir con la culpa que da la impermanencia.

Y fue una culpa dulce.