lunes, 21 de septiembre de 2009

HRW denuncia la represión de la Junta Militar birmana contra monjes budistas


EFE/ADN - Human Rights Watch (HRW) denunció hoy la represión que continúa ejerciendo la Junta Militar de Birmania (Myanmar) contra los monjes budistas, que padecen intimidación y cárcel desde que lideraron las manifestaciones a favor de la democracia sofocadas por los soldados en septiembre de 2007.

En el segundo aniversario de las protestas, el colectivo recoge decenas de testimonios de bonzos acosados por los militares en el informe "La resistencia de los monjes: budismo y protesta en Birmania", redactado por el escritor y periodista Bertil Lintner, un autor muy reconocido por su experiencia en la región.

Según HRW, unos 240 religiosos siguen detenidos en condiciones muy precarias, mientras que miles han tenido que abandonar sus templos o viven continuamente hostigados por las fuerzas de seguridad, desde que hace dos años decidieran marchar por las calles de Rangún para exigir reformas democráticas.

"Las historias relatadas por los monjes son inquietantes y tristes, pero describen perfectamente cómo el Gobierno militar de Birmania se agarra al poder a través de la violencia, el miedo y la represión", señaló en un comunicado el director de HRW en Asia, Brad Adams.

Ellos "mantienen una gran autoridad ante el pueblo, lo que los convierte en un elemento peligroso para un Gobierno que carece de ella", afirmó Adams, quien recordó la labor humanitaria de los religiosos tras la devastación del ciclón Nargis en 2008, por la que también fueron perseguidos por la Junta.

Según HRW, 21 personas murieron, incluido un fotógrafo japonés, durante las manifestaciones de 2007 en las que los soldados dispararon y golpearon indiscriminadamente a los monjes y civiles que marchaban pacíficamente.

El régimen birmano liberó recientemente a un grupo de reclusos, pero en el país todavía hay más de 2.000 prisioneros políticos, incluida la líder opositora y Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi.

"Abogamos por la no violencia, pero nuestra voluntad es de hierro, no vamos a dar marcha atrás; si nos matan, otros se calzarán nuestras sandalias y continuarán con el movimiento", asegura en el informe el monje U Gambira, de 30 años, quien se encuentra ahora detenido cerca de la frontera con India.

U Igara insiste en que, a pesar de la represión, las protestas de 2007 sirvieron para educar y politizar a los monjes, quienes ya no aceptan los regalos y las ofrendas por parte de los militares.

"Ningún país puede aislarse como antes. Miren a Indonesia, ese régimen cayó y ahora es una democracia. Queremos que el Consejo de Seguridad de la ONU debata sobre la situación en Birmania. Pero China y Rusia utilizarán su derecho a veto. Por favor, cuenta al mundo lo que está ocurriendo en mi país", apostilló Igara.