martes, 20 de diciembre de 2011

DE CHILE

Me ha sucedido algo maravilloso: recibí un correo de alguien que a la distancia sigue el rodar de este blog, si esto ya es conmovedor, imagínense lo que sentí cuando supe que era chileno... sabrán que Chile... Chile es mi luz en el camino: he vivido desde siempre acompañada de sus sufrimientos, sus glorias, sus bellezas. De Chile son entrañables amigos y algún amor de esos que es imposible olvidar. Chilenos son también muchos de los seres humanos que admiro, podría decirse que hablar de Chile es hablar de mi corazón, y desde mi corazón César me ha dejado saber que lee estas locuras.  Gracias César por tu compañía.

  Les comparto uno de mis poemas favoritos, de una de mis poetisas favoritas, quien por cierto fue chilena:

                            Ausencia

       Se va de ti mi cuerpo gota a gota.
Se va mi cara en un óleo sordo;
se van mis manos en azogue suelto;
se van mis pies en dos tiempos de polvo.

¡Se te va todo, se nos va todo!
Se va mi voz, que te hacía campana
cerrada a cuanto no somos nosotros.

Se van mis gestos, que se devanaban,
en lanzaderas, delante tus ojos.

Y se te va la mirada que entrega,
cuando te mira, el enebro y el olmo.

Me voy de ti con tus mismos alientos:
como humedad de tu cuerpo evaporo.

Me voy de ti con vigilia y con sueño,
y en tu recuerdo más fiel ya me borro.

Y en tu memoria me vuelvo como esos
que no nacieron ni en llanos ni en sotos.

Sangre sería y me fuese en las palmas
de tu labor y en tu boca de mosto.

Tu entraña fuese y sería quemada
en marchas tuyas que nunca más oigo,
¡y en tu pasión que retumba en la noche,
como demencia de mares solos!

¡Se nos va todo, se nos va todo!



                              Gabriela Mistral