jueves, 24 de enero de 2013

El Parque Nacional Yasuní, en Ecuador

 El bellísimo Parque Nacional Yasuní, en el este de Ecuador, a 250 kilómetros hacia el sureste de la ciudad capital, Quito. Se extiende sobre una superficie selvática de poco más de 9.800 kilómetros cuadrados de las provincias de Napo, Orellana y Pastaza, comprendiendo también parte del Territorio de las Tribus Huaorani.

Está ubicado entre el Río Napo, cuyas fuentes se hayan al pie mismo del Volcán Cotopaxi y es afluente del Amazonas y el Río Curaray, curso de agua totalmente meandroso de 600 kilómetros de longitud que es afluente del Napo; sobre los valles que a distintas altitudes, de 300 a 800 metros sobre el nivel del mar, forman los tributarios de ambos.

Flora y fauna excepcionales

Esta hermosa región posee la mayor  biodiversidad del planeta. Es increíble la variedad de especies animales y vegetales que cohabitan en él y aún en estado silvestre. Algunos de los estudios realizados dan un estimado de 150 especies de anfibios, casi 600 de aves, cerca de 400 de peces (incluidas las temibles pirañas), más de 200 de mamíferos, alrededor de 100 de reptiles y 100.000 de insectos.

En cuanto a la flora hay más de dos mil variedades que ya fueron identificadas pero quedan al menos otras mil más por catalogar. Cuarenta y tres de los vertebrados son endémicos de la zona (entre ellos el murciélago conocido como Lophostoma yasuni) al igual que doscientas cincuenta de las plantas.

Este extraordinario Parque recibe miles de visitantes pero está ubicado en un área donde se ha encontrado petróleo por lo cual se lo está tratando de conservar para que no sea destruido por la explotación petrolera en el futuro, la cual traería consigo la deforestación, la colonización, la construcción de grandes carreteras y la caza indiscriminada.

Un país que respeta la naturaleza

Ecuador es un país concientizado con el cuidado del medio ambiente y cuenta con numerosos parques nacionales además de éste, entre ellos el del Cotopaxi y el de las Islas Galápagos. Posee varias reservas ecológicas, como la de Antisana, Arenillas, El Ángel y Mache Chindul, además de la Reserva Biológica de Limoncocha y la Reserva Geobotánica de Pululahua.

Al norte del parque funciona el Centro de Biodiversidad de Tiputini, que en sólo cinco kilómetros cuadrados nos permite ver unas 250 especies de anfibios y reptiles, más de 500 especies de aves y al menos 200 de mamíferos, una verdadera maravilla de la naturaleza.

Si el turismo se incrementa podremos detener el avance de la destrucción por parte de las compañías petroleras. En este caso nuestras vacaciones no serán solamente para disfrutar de un lugar increíblemente bello, sino que además estaremos ayudando a conservar intacta la biodiversidad del área.

Vale la pena intentarlo, ¿no?