miércoles, 28 de noviembre de 2012

Nueva York, una ciudad de altura

La isla de Manhattan es famosa por el ajetreo de sus calles, el glamour de sus habitantes y la altura de sus edificios. Esta última característica le valió el sobrenombre de  “la ciudad de los rascacielos”  hace ya un par de años. Visitar Nueva York es como trasladarse a un mundo en las alturas, donde la acción y la belleza se encuentra más cerca del cielo que de la tierra. Si nos fijamos bien, el poder arquitectónico de sus edificios y al calidad de sus construcciones posee un embrujo superior al que provocan algunos museos y galerías de arte. La modernidad y el color de Nueva York  se funden con un paisaje urbano dominado por imponentes rascacielos que dejan atónito a más de un turista.

Ser una de las ciudades más pobladas del mundo tiene sus inconvenientes, pero los avispados neoyorquinos supieron hacer del defecto una virtud y comenzaron a construir hacia arriba. Con el paso de los años, estos enormes edificios conocidos como rascacielos se han convertido en un sello distintivo de Manhattan y uno de los principales atractivos de la ciudad. Con más de 5.000 rascacielos amontonados en esta pequeña porción de tierra, Nueva York presenta una de las estampas más asombrosas del mundo.

Algunos son casi tan emblemáticos como la propia ciudad, mientras que otros albergan en su interior oficinas, centros de negociosos o lujosas residencias en las que habita la élite de Manhattan. El cielo de Nueva York está dominado por el Empire State Building, un edificio de 381 metros que se alza majestuoso entre la Quinta Avenida y la Calle 43. Sus 102 pisos le convierten en el rascacielos más alto de la ciudad y uno de los lugares favoritos por los turistas para contemplar Manhattan desde las alturas. Además, si os animáis a subir al balcón abierto al público en la plata 86, por sólo 18 dólares también podréis divisar Nueva Jersey, Pennsylvania, Connecticut y Massachusetts.

Este ranking de altura continúa con el edificio de estilo Art Decó más querido por los neoyorkinos, hablamos ni más ni menos que del edificio Chrysler Building. Fue construido en 1930 por el magnate automovilístico Walter Percy Chrysler para demostrar el poder de su compañía, por lo que dotó a la construcción de 319 metros. El problema es que los turistas no pueden visitar su interior y sólo está permitida la entrada a la recepción, pero os aseguramos que la fantástica decoración Art Decó es digna de admiración.

Hay quien dice que el segundo puesto debería ser para la Torre del Bank of America por la gran longitud de su antena de 78 metros,  que da como suma total una altura de 366 metros. Pero si nos deshacemos de ella, la altura del rascacielos se reduce hasta quedar por detrás del edificio Chrysler Building. A diferencia de los dos anteriores,  la Torre del Bank of America es recientemente joven, ya que se construyó en 2009. Ubicada en la Octava Avenida, este rascacielos llama la atención por su fachada de vidrio, sus planos inclinados y la sorprendente iluminación nocturna de la antena que cambia constantemente de color.

El American International Building de Nueva York es otro de los rascacielos más espectaculares. En su interior se encuentran las oficinas de la compañía de seguros American International Group, por lo que sólo los empleados pueden deleitarse con el observatorio de cristal que se construyó en la última planta. A pesar de ello, sus 290 metros de altura le otorgan el cuarto puesto en nuestro ranking.

El multimillonario ejecutivo Donald Trump da nombre al quinto rascalielos más alto de la ciudad. The Trump Building es conocido por su particular estética que resalta en el distrito financiero de Manhattan con la cima de la torre adornada de forma piramidal y capitel gótico. La piedra caliza y el acero recubren 283 metros de construcción que hoy en día se conocen como la joya de la corona de Wall Street.